Cuando llegaron al reservado, Natalia, Carolina y los demás ya estaban allí.
Natalia preguntó: —¿Qué tiene tanta gracia?
Kevin se rio: —Nada, me encontré con alguien muy divertida.
Después de la comida, Logan y Carolina se fueron a casa.
Saliendo del coche, Carolina subió corriendo feliz: —Mamá, mamá.
Juliana oyó el alboroto y salió de la cocina: —La señora aún no ha vuelto.
Carolina se decepcionó: —¿Por qué está siempre tan ocupada estos días?
Refunfuñanda, subió las escaleras.
Al ver que Logan no se movía, Juliana preguntó: —Señor, ¿necesita algo?
Logan negó con la cabeza: —Nada.
Entonces, también subió.
Esa misma noche, Logan descubrió que Rebeca no había regresado.
A la mañana siguiente, Carolina se despertó esperando otro desayuno preparado por Rebeca.
Al ver sobre la mesa un desayuno que no parecía hecho por Rebeca, frunció el ceño: —¿Mamá no me hizo el desayuno?
—La señora no está en casa.
A Carolina le pareció extraño: —¿Adónde ha ido mamá? ¿Ha vuelto a casa de la abuela?
—¿Sup