A mediodía, Rebeca, Logan y los demás llegaron al restaurante, y acababan de llegar a la puerta del reservado cuando la puerta de al lado se abrió de un empujón.
Como si temiera que no la oyeran, Karen gritó con fuerza: —¡Logan!
Al ver que Natalia estaba allí, el profesor López se rio: —Así que la señorita Mena también ha venido a comer, qué casualidad.
Natalia se rio: —Es toda una coincidencia.
En realidad no era casualidad que se encontraran.
Todos en su familia sabían que Logan y Rebeca habían ido esta mañana a Asuntos Civiles a formalizar su divorcio.
Sabiendo que Logan iría a comer y que Rebeca también estaría allí, Karen había quedado con ellos para comer enfrente de su reservado.
De ahí el motivo de su actual encuentro.
Karen se alegró mucho de esta noticia, lo que la hacía aún más feliz y emocionada era que, en treinta días, es decir, después del periodo de reflexión, Logan podrá divorciarse oficialmente de Rebeca, ¡y entonces su prima y Logan podrían contraer matrimonio oficia