Esa misma tarde, poco después de que Rebeca hubiera regresado a Tylerty, llegó la llamada de Logan.
Sería una pérdida demasiado grande para Furense si rompían su contrato con ellos.
En cuanto vio la llamada de Logan, Rebeca tuvo claro para qué la llamaba.
No contestó.
Logan la llamó dos veces más para comprobar que no contestaba, y entonces, la llamada de Logan de dirigió a Cristian.
Este, naturalmente, sabía para qué le llamaba.
Atendió y preguntó directo al grano: —Señor Lafuente, ¿llamaste por lo de Furense?
Logan: —Sí, señor Figueras, puede proponerme sus condiciones.
—Lo siento, lo que ha hecho tu novia ha cruzado mi raya, ¡no hay manera de que me eche atrás en esto! —dijo Cristian fríamente—. ¿Quieres hablar de algo más?
Logan: —¿De verdad no hay lugar a discusión?
—No —añadió Cristian—. Mi abogado se encargará del seguimiento de esto, no quiero que acosen a los empleados de mi empresa, si eso pasa, pensaré que tú y tu novia son iguales, personas que no distinguen entre el bien y