Carolina negó con la cabeza y dijo: —Mamá me atendió.
Logan la abrazó y le frotó las comisuras de la frente con las yemas de los dedos, mirándole los ojos, que eran similares a los suyos. —¿Y no estás contenta?
Carolina frunció un poco el ceño: —Estoy contenta, pero...
Hacía tanto tiempo que no hablaba con su madre por teléfono que ahora seguía contenta, pero...
Logan: —¿Pero qué?
Carolina murmuró: —Pero creo que también estoy un poco triste.
—Vale, parece un poco profunda, pero... —Logan apoyó la barbilla y sonrió. —Creo que es porque hace demasiado tiempo que no ves a tu madre y la echo de menos, así que cuando tu madre acabe con su apretada agenda y pueda pasar más tiempo contigo, se te pasará.
Carolina asintió y dijo disgustada: —Pero mamá está tan ocupada, que dijo que no podrá pasar tiempo conmigo hasta el mes que viene...
—Entonces el mes que viene, yo esperaré contigo.
—Sí.
Carolina, cansada, charló un rato, bostezó, se bajó de sus brazos y se fue a su habitación a descansar.
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