Al día siguiente.
Rebeca y Violeta se arreglaron y se dirigieron a la subasta.
Ni Rebeca ni Violeta iban vestidas a lo grande.
Sin embargo, ambas tenían un aspecto muy distinguido, y aun así llamaron mucho la atención cuando aparecieron en la sala de subastas.
Violeta había participado en varias subastas y era muy activa en su círculo, y mucha gente la conocía.
Pero a Rebeca todos la vieron por primera vez.
Al verla asistir a la subasta con Violeta, muchos se preguntaban de qué familia era.
Sus asientos estaban en la fila central trasera.
No llegaron muy pronto.
Unos minutos después de sentarse, la subasta estaba a punto de comenzar.
Justo entonces, se produjo un repentino alboroto en la primera fila.
Rebeca y Violeta miraron hacia allá.
Al enterarse de lo ocurrido, Rebeca se quedó pasmada por un instante.
Violeta: —Oh, son Logan y Natalia... Así que están aquí.
Luego preguntó a Rebeca: —¿Tú también sabías que vendrían a la subasta?
Rebeca niega con la cabeza: —No.
No esperaba que estu