Rebeca se tapó ligeramente la nariz y volvió a dejar la mano caer como si nada hubiera pasado, dando un pequeño paso atrás ligeramente y separándose de él.
Logan no pareció darse cuenta de su serie de movimientos, tomó la invitación, la abrió y la miró: —¿Cumple sus setenta?
Rebeca: —Sí. —Llegando a esto, no le preguntó si estaba libre ni le rogó si podía dedicarle algo de tiempo para venir al cumpleaños, como había hecho antes, sino que simplemente le dijo: —Díselo a papá y mamá por mí.
No se sabía si Logan se dio cuenta de que, por una vez, ella no le preguntó si podía estar disponible esa noche.
La miró, dejó la invitación a un lado y dijo: —De acuerdo.
Con esas palabras, se dio la vuelta y entró en el cuarto de baño.
Rebeca le miró la espalda y recogió el secador antes de dirigirse a la habitación de Carolina para darle un baño.
Y pasó casi una hora para que le bañara y le secara el pelo.
Carolina volvió a rodearla con sus brazos y se acurrucó en su abrazo preguntándole si podía do