Mundo de ficçãoIniciar sessão—Dime que no estoy soñando —dijo Daniel, poniéndose de pie—. ¿De verdad eres tú, Cristina? —preguntó aún atónito.
Cristina sonrió y se cubrió los labios mientras sus ojos brillaban. ¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que se vieron?Sin pensarlo dos veces, abrió los brazos y lo abrazó con fuerza. Él, por supuesto, le correspondió.—No puedo creerlo —dijo ella entre risas.Daniel la tomó suavemente por los hombros y recorrió con la mirada sus facciones: sus ojos, su sonrisa… Sí, era ella. Era Cristina, su niña miedosa. Aunque ya no se veía igual que antes. Había cambiado; sus rasgos eran más adultos y su belleza más evidente. La pequeña miedosa había crecido.—Yo tampoco puedo creerlo, pero me alegra que sea una realidad —respondió él, invitándola a tomar asiento sin dudarlo.Ella aceptó con una sonrisa. En ese momento, el camarero se acercó para tomar sus órdenes.—Un frappé de chocolate —dijeron ambos al mis






