Horas antes.
Casa de los Domert.
La decisión está tomada.
No puedo casarme con Priscila, no puedo hacerlo cuando amo a otra mujer. No es justo para ella que no ha hecho más que intentar cumplir con los deseos retorcidos de su padre.
Tengo sensación de náuseas y cierro los ojos. Dejo las manos sobre el guía del carro, estoy estacionado justo frente a la gran mansión de los Domert en las afueras de la ciudad.
Había tomado la decisión correcta cuando esta misma tarde, después de Vicky irse, le marqué a Domert para decirle que iría a su casa a verle.
Tengo desde el día anterior sin hablar con Timotheo, y la verdad es que con la decisión que tomé esta tarde, después de haberme pasado el día con Vicky, después de vo