El sonido del móvil me despierta. Miro la pantalla con decidía.
Son las tres de la mañana cuando mi teléfono timbra.
Lo tomo despreocupado y con un dolor de cabeza bastante fuerte. Mi madre, después de todo es la única preocupación que tengo y está en mi apartamento durmiendo.
A salvo de mi padre y su violencia.
—¿Qué pasa? —Pregunto de inmediato.
Pero ni siquiera he visto el nombre que está en la pantalla.
—Eso puedo preguntarte yo a ti. ¿Qué diablos está pasando entre tú y Vicky?
De inmediato mi mente se despeja, mi corazón se acelera y me enfoco en la voz de mi primo.
—¿En serio me estás llamando a esta hora para discutir sobre Vicky? ¿A esto a llegado tu capricho por ella?
—Esta es la mejor hora para hacerlo, en vista de que acabo de salir de