101. UNA SOMBRA EN LA OSCURIDAD
NARRADORA
—¿Qué haces, Leonardo? —luchó contra su hermano, saliendo del asombro.
Habían rodado entre los autos, ocultos por las sombras.
“¡Vengo a salvarte de la estupidez!” le rugió enojado, dándole un puñetazo.
—¡Suéltame, maldit4 sea!
Alexander se defendía sobre el pavimento.
Comenzaron a pelear, pero Leo sabía que la algarabía, pronto atraería a los guardias.
“¡No eres más que un débil de mente! ¡Estúpida marioneta!”
Lo provocó levantándose y pateándolo para luego correr al bosque.
Alex no se iba a quedar así.
Todavía le guardaba rencor por la trampa que le tendió, donde casi muere su mate.
De un salto estuvo de pie y se internó en la arboleda persiguiendo a su hermano.
Justo lo que el príncipe Leonardo quería.
No llegaron muy lejos en su persecución.
—Uggrrr
Leo gruñó con dolor al caer al suelo. El enorme lobo marrón le había saltado a la espalda.
Cayó contra la hierba y pronto tuvo las fauces rabiosas sobre su cabeza.
“¡Cambia de una puta vez y arreglemos esto sin