Después de un largo recorrido desde Chicago, finalmente Ethan Morgan arribaba a Springfield, revisó su móvil una vez más para checar la ubicación de Fernando y se dirigió hasta el estacionamiento del centro comercial en el que estaba esperándole, aparcó su coche y subió las escaleras para encontrarse con él en el primer piso.
Se saludaron dándose un abrazo, Ethan le tocaba los brazos tratando de checar que todo estuviese bien.
— Amigo me alegra muchísimo que estés bien — dijo Ethan luego de mirarle de arriba abajo
— Estoy bien, no me hicieron nada más que amordazarme y cubrirme los ojos para no saber dónde estaba
— ¿Qué tanto te dijeron?
— Siéntate, te explico exactamente que me dijeron — comentó Fernando volviendo a su asiento
Ethan le siguió e hizo lo mismo.
— Estos sujetos sólo quieren atormentarte tal como lo hicieron unos años atrás, incluso nombraron a tu hermano y que si tu no cooperabas yo enfrentaría el mismo destino que el — confesó Fernando — Es aterrador pero estos sujetos