CAPITULO 64: NO SIEMPRE SE GANA.
Rodeó mi cintura y aunque yo había decidido permanecer abrazada a él, sentí un sentimiento agridulce al pensar que después de ese pequeño momento quizás no volvería a tener esa oportunidad.
Pilar haló a Raquel sutilmente para continuar con el partido, haciendo que Alexander, Raquel y Aurora se separaran.
Aunque Aurora también nos abrazaba, en ese momento sentí como si solo fuéramos él y yo.
Al retomar el partido tratamos que no nos metieran un gol y con mucho esfuerzo lo logramos.
El sonido del silbato anunciando el final de partido se hizo escuchar y muy feliz Raquel brincó al saber que habían resultado ganadores.
Estaba cansada, así que decidí tomar asiento para poder observar los demás juegos que se llevarían a cabo, coloqué mi pie en una de las gradas frente a mí para observar con más detenimiento mi rodilla que estaba lastimada y el curita frente a mí me sorprendió.
—Felicidades.
Soltó genuinamente Samuel aun ofreciendo el curita.
—Gracias.
Raquel ignoró el curita y sopló