Capítulo 175.
Ya en el hospital Erick y Luciana se encuentran tomados de la mano, nerviosos ante cualquiera que pueda ser la reacción de Ignacio.
La segunda dosis estaba justo donde esa maldita mujer le había dicho e inmediatamente después Luciana había corrido al hospital para entregársela al doctor.
— Esto es increíble — dijo el doctor revisando el documento que le había enviado Amelia por correo electrónico— es por esto que no encontré una solución para el problema del pequeño Ignacio ¿verdad?
— Sí— respondió Erick aún con la mirada fija en su pequeño hijo— es una especie de virus y se encuentra en un laboratorio y ese mismo laboratorio es quien tiene la cura.
Un escalofrío recorrió el cuerpo del doctor.
— Comprendo perfectamente, cuál era la intención de este virus, después de provocar incansables temperaturas y deshacerse del sistema inmune del cuerpo, el pequeño si no recibía una de las dosis iba a comenzar a llenarse de llagas dolorosas en las que su cuerpo iba a atacarse a sí mismo, por