CARISSA BRITOS
Mi embarazo ya no es una novedad para nadie. Tengo poco más de tres meses y jamás me he sentido peor ni más feliz. Tal como me explicó el doctor Ferro, al no esperar solo un bebé los malestares serían aún mayores y se extenderían algunas semanas más. He dejado de comer varias cosas permitidas porque me hacen súper mal y también dependo de unas gotas para hacer una vida normal.
Cuando le dije a mis padres la verdad que desconocían estuvieron en shock por más de una hora. Debí confesarles el daño que me provocaron los antidepresivos y la dieta estricta a la que me sometí para mejorar.
-¿Quién es el padre? ¿Te casarás?- Mi madre intentaba asimilar mi problema de fertilidad mientras mi padre investigaba quien es el padre de los gemelos e intentaba saber mis planes futuros
-Seré madre soltera. El padre de los niños es un donante anónimo, ya saben cómo es esto- Mi padre se puso pálido y se le bajó la tensión. Mi madre intentaba articular palabras
-¿Estás loca? ¿Pr