El silencio era algo enriquecedor, por lo menos eso pensaba Desmon todo el tiempo, aquel que solía gustarle de sobre manera aquello
Sobre todo, cuando estaba en aquellas cuatro paredes, aquella que le recordaban que no era tan malo, que podía ser por lo menos buen hijo
Que por lo menos aquel legado de su madre no se perdería y que aquella vida tan terrible que sabía que podía tener en la mansión del bosque no sería lo único que tendría
De hecho, solía escapar de aquel lugar cada que podía, iba a ver a la familia, odiaba los gritos y sobre todo el tedioso lame botas
De verdad que odiaba todo aquello, más cuando sentía que no era más que un hombre tan ruin que no podía siquiera ver un rayo de luz como algo bueno
Desmon dio un largo suspiro, odiaba de verdad muchas veces cuando amanecía melancólico, pero habían pasado tantas cosas, que de verdad estaba inquieto
Un poco incómodo y hasta preocupado, pues la verdad era que hasta ahora todo estaba solo saliéndose de sus manos, todo había est