LXV

En el hospital General donde habían llevado a María Fernanda, Elijah estaba en la sala de espera con la cabeza entre las piernas, recordando lo que acababa de pasar. No quería saber nada de Stefan y de todo lo que acababa de pasar. Además, no estaba seguro de si María Fernanda sabía la verdad que Adamaris le había confesado. Eliza no tenía idea de eso. ¿Cómo es que Eliza e Isela podían ser hermanas? ¿En qué momento ocurrió todo eso? Nadie de los allí implicados tenía fuerzas para aceptar aquella verdad. ¿Era posible que el Sr. de la Fuente lo supiera todo el tiempo y fuera la razón por la que ayudó con la venganza contra Stefan? El Sr. de la Fuente también era una mala persona que utilizaba a María Fernanda.

De repente, la voz de Adamaris llamó su atención. Levantó la cabeza y allí estaba ella. Pero no estaba sola. Elijah había sido bastante claro cuando dijo que quería a Adamaris allí sola porque el señor de la Fuente no podía saber nada.

—¡Adamaris! ¿Qué...?

—¿Dónde está mi hija? —E
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