Todos los presentes se quedaron estupefactos con aquella noticia, incluso Luciana, que en el pasado había sospechado que Matías y su mejor amiga tenían su cuento, pero nunca imaginó que eso hubiera trascendido tanto.

Don Francisco, era el más sorprendido de todos, con ayuda de su nieto buscó una silla para sentarse, pues no podía respirar bien. Aquello lo había dejado fuera de sí, pensando que, si era cierto, ¿qué haría ahora que ya había casado a Matías con Olivia?

Alexia, al ver el estado del señor, comenzó a arrepentirse de haber llevado la mentira tan lejos. Cuando lo dijo, no midió las consecuencias que sus palabras podrían tener, y ahora no sabía qué hacer, pues no quería que el señor muriera, y mucho menos por su culpa.

Maximiliano también estaba muy asustado al ver a su abuelo así, y de inmediato comenzó a buscarle las pastillas en los bolsillos del saco. Al no encontrar nada, llamó a Carlos para que se las trajera.

Pocos segundos después, el asistente de don Francisco entró c