Capítulo setenta y tres: El Juicio Final.— — — — Narra Amy Carlson — — — —El día había llegado. Después de meses de trabajo, de noches sin dormir, de tensas reuniones secretas, de esconder pruebas en lugares insospechados y de juntar testimonios que podrían derribar a un imperio, por fin estábamos listos. Arthur Aramendi iba a enfrentarse a la justicia. No había vuelta atrás. Y, lo más importante, ya no estábamos solos. La fiscalía tenía las pruebas, los testigos y las acusaciones. Todo estaba listo para el juicio.El sol se filtraba tímidamente a través de las ventanas de la oficina, una luz fría que no lograba disipar la tensión que se sentía en el aire. Brad estaba allí, de pie junto a la mesa, mirando las carpetas que contenían toda la información que habíamos recopilado, todas las pruebas que habíamos reunido. Sabía lo que significaba esto para él. Lo que significaba para nosotros. Finalmente, el hombre que nos había arruinado la vida iba a pagar por sus crímenes.—¿Estás listo
Capítulo setenta y cuatro: El legado de Arthur. — — — — Narra Milicent Aramendi — — — — He esperado tantos años por este momento que casi puedo sentir una sonrisa pugnar por dibujarse en mis labios. Mientras mis tacones resuenan en la sala en mi avanzada hacia el estrado puedo sentir los ojos de mi propio padre y mi hermano junto a su mujer analizar mi postura. Sé que quiere averiguar qué hago aquí. Porqué hasta ahora aparecí pero no entenderán nunca lo que es vivir como yo he vivido. Es muy duro ser la hija rechazadas el sucio secreto, en engaño familiar. Mi pobre suerte nunca me valió de nada hasta que Brad y su mujer se acercaron lo suficiente a mi como para que me decidiera a tomar las riendas de mi revancha en mis propias manos. Mi madre ya ha muerto, por culpa de mi padre nunca fue feliz, nunca pudo amar ni vivir la vida que se merecía y en estos días posteriores a su muerte he estado pensando que es el momento de atacar. Ya no seguiré escondiendo los destrozos que provoca
Capítulo setenta y cinco. Retoños de felicidad.— — — — Narra Amy Carlson — — — — Los guardias se han llevado a Arthur otra vez, en esta ocasión directamente a la prisión y todavía Brad y yo estamos sentados en el banco del juzgado. En mis muslos están los archivos con toda la información reunida por nosotros y algunos documentos que el equipo de abogados nos ha entregado. Me sigue pareciendo mentira que esto haya acabado. No puedo creer que por fin seamos libres de él, me cuesta asimilar el hecho de que vuelvo a ser la esposa de Brad sin persecuciones ni amenazas. Estamos juntos sin engaños, sin miedos ni trampas por poner. Por fin después de mucho tiempo lo hemos logrado. —¿Viste lo asustada que estaba? La voz de Brad me devuelve a la realidad. La realidad en la que su hermana ha aparecido pero que, así como tan fugazmente llegó... luego se fue. No quiso decir ni una sola palabra a su hermano y mi marido está un poco conmocionado por ello. —¡¿Cariño...?! —me giro y le tomo l
Capítulo setenta y seis. Tú eres todo mi mundo.— — — — Narra Amy Carlson — — — —Creo que por fin puedo saborear la armonía en nuestras vidas, respirar un aire limpio y disfrutar de amanecer en sus brazos sin que nadie nos esté acosando con amenazas para destrozar nuestra felicidad. Me estiro sobre mi cabeza con los brazos y mi esposo a mi lado se da la vuelta para poner una rosa entre mis pecho desnudos.—Buenos días, querida esposa —me besa la barbilla.—Buenos días mi amor —le devuelvo el beso pero en mi caso tiro de el hasta unir nuestras bocas y gemir de placer en sus labios —. ¿Crees que puedas despertarme así todos los días? —le pido.—¡Hmm!¡ Pues no lo sé!—¿Te estás haciendo el difícil, Brad Lancaster? —me llevo la rosa a la nariz y huelo su exquisito perfume. —Es que me temo que tengo malas noticias para ti —musita alzando las cejas.Siento que podría ponerme incluso a llorar. ¿Acaso la vida siempre será así? Voy de drama en drama y no consigo ser feliz por un mes complet
Capítulo setenta y siete. Te echaré mucho de menos. — — — — Narra Amy Carlson — — — — Ya no tengo remedio. Estoy perdida en él y extrañarlo estos dos días serán durísimos porque sobre todo desde que nos casamos nunca hemos estado separados. Cuando se ama nada es demasiado y todo este tiempo me sabe a poco, incluso cuando Arthur trató de romper nuestra relación él iba una y otra vez a mi, me traía de vuelta y creo que esta es la primera vez que nos vamos a separar desde entonces, no tengo remedio no... no tengo más remedio que amarlo ahora y extrañarlo después. Me aferro a él, acercándole a mi pecho como si me fuera la vida en ello y es que es todo lo que necesito para sentirme a salvo. Para recordar que tengo un sitio en el mundo cuando se vaya. Sí, puede que esté siendo un poco dramática pero no lo puedo evitar, mis miedos vuelven cuando me quedo sola sin él. Sus manos acomodan mi cuerpo sobre el suyo otra vez y nos tumba de vuelta a la cama sin dejar de acariciar mi espalda co
Capítulo setenta y ocho. El viaje a Bagdad. — — — — Narra Brad Lancaster — — — — Hoy como siempre solamente puedo pensar en ella. Esta mañana he estado horas haciéndola mía, grabando entre sus curvas las memorias de mi vida con ella. Me desespera tener que dejarla en casa sin mi sabiendo que todavía no está fuerte para estar sola pero no quiero que sepa lo que he venido a hacer. No quiero que se asuste por mi nueva investigación pero no puedo dejar páginas en blanco en nuestra vida, necesito que todo el libro acabe y no espero ni deseo que ella apruebe esto, solo quiero solucionarlo antes de volver a prometerme a mi y a ella que seremos felices pero, no podemos serlo si sigo recibiendo amenazas extrañas. Sé que Amy piensa que todo ha acabado pero está claro que no y no quiero que sufra pero tampoco puedo dejar de solucionar esto. No sé si Arthur tenga que ver pero al menos me reconforta que de la cárcel no podrá salir. —¿Listo, señor? —me pregunta el capitán de vuelo. —¡Vamono
Capítulo setenta y nueve. Una nueva vida viene en camino. — — — — Narra Amy Carlson — — — — Desde que lo conozco no me he imaginado la vida sin él. En todo lo que me planteo siempre está él. En mi presente y mi futuro solo le veo a él pero... siento pavor de que algo rompa ese equilibrio en mi vida. Esta mañana hicimos el amor como dementes y ahora le veo despegando en el cielo para irse al otro lado del mundo a no sé ni qué, y me falla la voz solo de nombrarlo. Ya le echo de menos y casi acaba de irse. —¡Llévame a la oficina! —indico al chófer. Me subo al coche y me mareo por un instante pero tengo que comer algo, con todo lo que pasó no he tenido tiempo de desayunar más allá de un café. Supongo que Brad coma algo en el avión. No sé cuánto tiempo hace desde que pisé el holding de Brad, estoy atormentada con algo y no sé que es. Voy en el coche, con Connor conduciendo y otro coche a mi lado y no puedo parar de preguntarme todo el tiempo lo mismo... ¿Por qué me ha d
Capítulo ochenta. ¿Seremos padres? — — — — Narra Brad Lancaster — — — — —¡¿Raoul...?! —murmuro y me indica que calle. —Aguarde, señor. Es un desastre el aeropuerto. No sabemos quien ha sido el tirador que ha dejado muerto a más de dos hombres que me rodeaban. La seguridad del lugar se hace con el problema y mi gente me indica que nos quedemos en el suelo. Mis hombres se ponen a mi lado y solo dejamos que los demás se encarguen del problema. El avión en medio de la pista está siendo protegido para que no sufra daños o explote por la dinamita y la gente corre de aquí para allá controlado la situación. Pronto nos avisan de que podemos levantarnos, han atrapado al tirador. Las siguientes tres horas las pasamos en la sala de interrogatorios. Preguntas y más preguntas nos asaltan sin parar, mi gente es entrevistada una por una y nos niegan la entrada al país por haber provocado semejante desastre en el aeropuerto, una de sus fronteras. Nos reclaman por haber provocado este desastre