20. CAPÍTULO
Al salir de la ducha lo encontró vestido impecable de los pies a la cabeza, tenía un traje negro elegante en cambio ella solo tenía una toalla en forma de turbante sobre la cabeza y la toalla de pecho a dos centímetros sobre sus rodillas. ¿A dónde rayos iba tan elegante?
Al ver que lo estudiaba, se apresuró a decir.
—Antes de que hagas preguntas, sí, iremos a cenar. Está cerca el restaurante, pensé en comer aquí mismo, pero quiero ir a otro sitio. Y aquí tienes un hermoso vestido, sé que no empacaste nada parecido —explicó dejándola sorprendida.
¿Cómo pudo pensar en todo eso?
—Bien, no creí que fueras tan detallista, gracias. ¿Puedo saber a dónde iremos? —inquirió curiosa.
—Quiero que sea una sorpresa.
—Por favor, por favor…
—No, te espero afuera, vístete tranquila. Ah, también he dejado calzado y accesorios —le guiñó un ojo antes de salirse y dejarla a solas.
Con un remolino de emociones en el pecho s