CAPITULO 50

Después de algunos días, María se reunió con Abigail y Ángeles y les contó lo que había pasado en el colegio de los trillizos con la profesora.

—Yo de ti la hubiera amenazado —habló Abigail, dándole un mordisco a su sándwich—. ¿Cómo? —preguntó María mirando a Abigail.

—Con una pistola de agua. Yo lo hice con la mamá de una compañera de los quintillizos, casi se orina del susto, pero se la quité de encima en esa época a Helena —murmuró Abigail con una sonrisa.

—¿Con una pistola de agua? ¿Es en serio, Abigail? —preguntó Ángeles con una sonrisa a medias.

—Es cierto, no les miento. Después de que me subí al auto, tuve que ocultar mi risa por los niños, pero apenas llegué a casa, estallé en una carcajada.

-¿Y qué pasó después? —preguntó María con curiosidad.

-Bueno, la mamá de la niña se quedó tan asustada que nunca más se metió conmigo ni con ninguno de mis hijos —respondió Abigail con orgullo.

-¡Eres increíble, Abigail! —exclamó Ángeles riendo.

María no podía dejar de reírse al imaginar
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App