Narra Samara.
Me aferré a Elijah, como si mi vida dependiera de ella. No iba a negar que lo había extrañado mucho, demasiado. Sus manos se aferraron a mi cadera. Acarició mi cabello, y pude sentir unas cuantas lagrimas en el borde de mis ojos.
Sentí como su agarre aflojó, y fue indicio para que bajara de sus brazos. Me separé un poco de él, quedando a centímetros de su rostro. Ambos nos miramos, contuve el aliento por unos segundos. Él me miró, sus orbes color cielo me escrutaron el rostro.El mundo a nuestro alrededor se paralizó, el tiempo se detuvo, suspiré en sus labios, apenas y se tocaban.Me separé de él como si su cuerpo quemara cuando el sonido del ascensor abriendo sus puertas llegó a mis oídos.Amón apareci&