Sin Pistas

Henrry.

La noche resultaba ser un caos, los camiones de bomberos estaban distribuidos en puntos estratégicos, un grupo de adolescentes se unieron para rescatar animales y que no murieran calcinados por el fuego que avanzaba con rapidez, otro grupo de ciudadanos llegaban con Valdés de agua para apaciguar el fuego que se extendía.

Helicópteros y aviones avanzaban por los aires aventando toneladas de agua con la intención de calmar el juego vivaz.

Los reporteros documentaban todo con interés provocando el pánico en el pueblo, ya veía a todos refugiados en el auditorio rezando y escondidos por el miedo.

El pueblo de Rusbeeld Hills está en llamas, aún no se sabe si fue un incendio intencionado o un accidentes, recordemos que nos encontramos en otoño, y las fogatas o colillas de cigarrillos son propensas a expandirse y provocar incendios de grandes magnitudes, los pueblos de alrededor están ayudando a apagar el fuego, por el momento no se encuentra ningún herido, los animales han sido rescatados, pero aún se teme que el ecosistema no se recupere.

Los noticieros cerca del lugar me ponían los nervios de punta, según Roguert no quiso comentar nada acerca de los cuerpos encontrados, eso le causaría pánico a la población y lo que menos quería era que escapara o escaparan quienes estaban involucrados en todo esto.

Hasta el momento solo lo sabían cuatro personas, el Sheriff, el oficial Vernal, Jackson y yo.

Tenemos una nueva noticia, acabamos de recibir una llamada anónima comentando que el bosque ha sido incendiado para eliminar una escena del crimen, recordemos que días anterior las jóvenes Camille London y Lidia Kevinsky se declararon desaparecidas luego de salir de su escuela tras una llamada, unos comentan que se debía a su primo Jackson, quien fue herido y estuvo en el hospital. Y otros a que tienen problemas con bandas delictivas, por otra parte ¿Que están encubriendo? No hay respuestas para todos estos sucesos, está claro que la situación sale de las manos del Sheriff y del presidente del pueblo.

Deje de ir lo que decían los reporteros y me puse a trabajar, me había ofrecido como voluntario a apoyar a los paramédicos o bomberos que lo requerían, hasta ahora solo había pasado botellas con agua y ayudado a pagar el uniforme de uno que otro bombero que se prendía en llamas.

Espera...¿Llamada anónima?, Nadie aparte Jackson y los otros dos sabían de aquello, miré a Jackson quien estaba vendando la pierna de un bombero.

Cuando terminó fui hacia él con los puños apretados, la mandíbula tensa, al llegar a él lo tome del cuello, y lo acorrale contra una ambulancia.

—¿Que demonios te pasa?—Pregunto el Pelinegro.

—Lo mismo te pregunto a ti, sabías que no podías decirle a nadie sobre los cuerpos y aún así saliste de bocón a la prensa, ya me tienes harto con tu arrogancia, por si no te has enterado yo igual perdi una hermana, no eres el único, así que deja de cagar cada cinco minutos la situación.

—El chico sonrió divertido—. Para empezar yo no llame a la prensa, mi hermana a diferencia de la tuya aún tiene posibilidades de estar viva, así que no me arriesgaría a que todo empeorará.

Las ganas de soltar le un maldito golpe y dejarlo sin dientes, mutilar su perfecta cara de chico malo era una tentación.

Al final lo solté y me fui de ahí hasta la furgoneta de los periodistas.

La mujer bajaba de ella con el camarógrafo detrás, al verme se detuvo.

—¿Quién fue el chismoso que les dijo eso? ¿Quién les hizo la llamada anónima?—. Pregunté enojado.

—Nadie...—Respondió la chica nerviosa.

—No mientas, hay alguien detrás de todo esto y una chica que está en peligro, si no me respondes haré que te quedes una noche en una celda por difamación.

La chica comenzó a temblar de los nervios.

— Yo...Emmverdad, no lo sé, pero tengo el número, te..te Te Lo puedo dar— la chica tartamudeaba al punto de hartarme. Yo no era así, Jackson me pegaba su carácter de m****a.

La chica me dio el número y marque con urgencia, tres tonos después el teléfono fue contestado.

¿Bueno? Residencia Kevinsky, ¿En qué le puedo servir?— la voz de Lenny sonó al otro lado de la línea.

¿Pero que m****a?.

—Has encontrado a tu culpable o vas a seguir ahorcando me?—. La voz de Jackson llegó a mis oídos como un golpe bruto.

—Deberías callarte, tu tía fue quien llamó, al parecer alguien le dijo eso, por qué ella no estuvo cuando tuvimos esa conversación.

—¿Y piensas que yo fuí?, Pues te diré algo, P.U.D.R.E.T.E, si mal no recuerdas Lidia sigue estando perdida y mientras no la encuentre no pienso hacer que un idiota como tú con complejos de superioridad me culpe por tonterías—. Jackson se veía enojado y a medida que iba hablando su cuerpo terminaba tensando se.

—El idiota con complejos de superioridad eres tú, y no... No me olvido de Lidia, al menos cuando la encontremos será más de ayuda que tú.

Lidia.

Había pasado una noche desde que llegué al bar, no había salido de la casa de Jeff para nada, él venía a la habitación a platicar y jugar uno que otro juego, al parecer el chico se sentía solo dentro de esa casa.

Me había enfocado en plasmar mis dudas y los acontecimientos de los últimos tres días en una hoja, pero comenzaba a frustrarme a medida que nada tenía lógica.

No tenía pistas concretas, solo piezas sin encajar.

Una de ellas era el bosque, y la cabaña, ¿Quién había degollado y matado a todas esas personas?, ¿Quién era dueño de esa cabaña?¿Por qué tan lejos de todo?¿Quién carajos era N?, ¿Cómo los paramédicos no la llevaron a un hospital si ellos atendieron a Jackson y a Brug? ¿Quién mató a Camille? ¿Y por qué?.

Todo era bastante confuso, había preguntas pero no respuestas. Prendí la televisión para distraerme un poco, sin embargo nunca imaginé lo que estaba pasando.

En la pantalla pasaban las fotos y vídeos del bosque ardiendo en llamas, como los bomberos apagando todo con mangueras grandes, y helicópteros tirando tierra desde las alturas. Otros ayudando a los animales a salir del bosque, de pronto salió el. Ese hombre que había encontrado de forma casual caminando por la calle y termino siendo mi maestro... Dominick Moore, estaba en un punto alejado a todos, fumando un cigarrillo y mirando la situación sonriente, con la mirada perdida en el fuego. Su cabello negro caía despreocupadamente por su rostro, sus facciones lo hacían verse varonil, su abrigo negro resaltaba su figura atlética, y de pronto...Miró a la cámara, su mirada era del color azul verdoso que los míos, era pesada y podía apreciar el peso de ella aún siendo separados por kilómetros y aparatos electrónicos.

El era la prueba esencial de todo esto, ¿Pero en qué? ¿Y por qué?.

—Coge tus cosas, debemos irnos ahora, aparentemente hay un incendio y tenemos que evacuar—. Entró Jeff con varias maletas, se le veía agitado y aterrado.

—¿Que? ¿Evacuar por qué? ¿No se supone que el incendio es en Rusbeeld Hills?—

El pareció sorprendido, pero me miró con preocupación.

—Ayer en la noche quemaron la cantina, no sabemos quién carajos fue, ni por qué, y temo que si no nos largamos ahora pueden venir a incendiar esta maldita casa y moriremos calcinados—. El chico comenzó a dar vueltas por el lugar jalando su pelo con desesperación.

—¿Y por qué no me dijiste?, Hubiera ayudado.

—¿Ayudado en qué? Estás débil, no sabemos qué fue lo que te pasó después de aquel tiro, no sabemos si ellos mismos son quienes incendiaron el bar, lo que menos quiero ahora es ponerte en peligro—. El chico había empezado a alzar la voz, se oía afectado y no era para más, su sueño estaba hecho cenizas literalmente.

Me sentía culpable, si el bar había sido prendido en llamas era por mi culpa, ¿De quien más?.

—Bien hagamos esto, vamos a Rusbeeld Hills, te doy un cheque de 100,0000 dólares y te vas a New York, comienzas una nueva vida y abres tu cadena de bares.

—¡No todo se arregla con dinero Lidia!, Va más allá de lo material! Puse años y años de esfuerzo y dedicación en ese maldito bar! Huí de mi pueblo para poder construir lo, deje a mi familia por mi sueño de tener un bar, algo propio de mi, y ahora que le han prendido fuego es como derrumbarme todas mis metas y logros.

Me sentía mal por el chico, tenía razón, quizá no era el mejor de todos, pero era suyo, su lugar seguro, me sentía culpable y fue inevitable no lanzarme a abrazarlo.

El tardo un poco en aceptar mi abrazo de consuelo pero lo hizo, comenzó a llorar en mi hombro, entendía su sentimiento.

Media hora después Jeff sacó todas sus cosas que afortunadamente no eran muchas, y las metió en su camioneta la cual era de dos aciertos y el espacio de atrás era grande, Jeff se fue en la camioneta y yo iba detrás de él en su carro, no eran para nada lujosos lo suficientemente normales para pasar desapercibidos.

Decidimos primero ir a New York que se encontraba a unas 5 horas de ahí, buscaríamos un departamento, y un lugar donde pudieran suministrarnos un par de armas por si las cosas se descontrolaban.

Aparentemente Rusbeeld Hills tenía policías por todas sus entradas del pueblo, la llegada de nuevos visitantes era un caso bastante complicado pues no podían recibir a nadie ni dejar que alguien saliera, querían mantener la zona del crimen vigilada, y todos eran sospechosos aún sin saber el por qué.

Pero algo me decía que la más perjudicada de todo sería yo.

Jackson

Doce horas, doce malditas horas fue la tortura de ver a uno y otro bombero caer, una cuadrilla completa de bomberos había muerto, y las otras tres que faltaban eran tan pocos y estaban cansados que no podían dar lo mejor de sí.

Ni siquiera había podido descansar de solo pensar que mi hermana estuviera en medio del fuego calcinada.

Me sentía incompetente por no ayudar como se debía, el terror me tenía paralizado, mentiría si dijera que nada de esto me afecta, cuando es lo contrario.

—¡Hey!, Jackson te estoy hablando—La voz de Henry me sacó de mis pensamientos.

—¿Que?—Dije tosco.

—Te estoy hablando desde hace cinco minutos, ¿Estás bien?— solté un suspiro pesado.

El chico me miraba expectante, como si tratara de indagar entre mis facciones y así saber qué era lo que me sucedía.

—No, debo hacer unas cosas.

Comencé a caminar directo a la manada de periodistas, y policías que trataban de frenar a la gente chismosa.

Busque entre los presentes a Roguert no fue difícil encontrarlo, estaba hablando acaloradamente con unos bomberos.

Llegué a la escena con algo de curiosidad.

—No Johnes, mis hombres han muerto, y los de dos estaciones más, voy a retirarme ahora—. Un hombre alto fornido de piel morena alzaba la voz mirando con una mirada frívola al Sheriff.

—¡Lo se! Pero no podemos dejar que el fuego siga propagando se, puede terminar muriendo más que una planilla de bomberos— Roguert se veía calmado y con una expresión de convencimiento puro.

—¡Bien!— El hombre soltó un suspiro pesado—. Vuelvo a ver caer a otro de mis hombres y me retiro, mi deber es proteger a todos, pero no puedo darme el lujo de perder a mi familia y amigos.

El grupo de bomberos que permanecían en silencio salieron tras su jefe con la mirada gacha, el hombre iba soltando maldiciones y a medida que se alejaba el caos crecía.

El joven policía me miraba con una mirada que me indicaba que comenzara a hablar.

—Roguert... Creo que no puedo seguir con esto, perdí a mi hermana y tú a tu sobrina por culpa de un maldito operativo fallido—. Las lágrimas para entonces ya empezaban a salir de mis ojos.

El hombre me miró consternado, buscando una pizca de chiste.

—No puedes salirte de esto estamos cerca de descubrir toda la m****a que se oculta en este pueblo—Lo mire con ironía.

— No, la verdadera m****a es perder a quienes amamos por salvar a otros— Algo dentro de mí ardía al imaginarme todo esto.

—Jackson, piensa las cosas, lo de tu hermana y Camille fue algo doloroso lo acepto, pero no podemos abandonar todo esto cuando estamos tan cerca—. La maldita calma de Roguert comenzaba a frustrarme, ¡SU SOBRINA HABÍA MUERTO! ¿No sentía ni un poco de dolor?, ¿No era capaz de demostrarlo?

—Ni una m****a, me salgo— Había tomado una decisión.

—Piensalo bien, si te sales tu hermana pierde toda la prioridad, y solo se queda en un caso más —. Roguert sacó un cigarro con una calma abrumadora de su chaqueta y lo prendió, levantó su vista y me miró con una mirada seria mientras disfrutaba de su cigarrillo, el chico de piel blanca y cabello negro volvió a hablar — Además no creo que quieras estar 10 años en prisión por lo que hiciste, ¿Verdad?, Esto solo es la fachada perfecta para no irte directo al hoyo, si fuera tu lo consideraría.

Solté un gruñido involuntario, mis músculos se tensaron y no dude en acercarme a la autoridad, me acerque a él con peligrosidad, lo tome del cuello y lo estampe contra la patrulla.

—Si estoy involucrado en esto es por ti, para salvarte el puto pellejo, mi vida me vale una m****a, pero la de Lidia no.

Roguert sonrió satisfecho.

—Tranquilo chico, si tú caes, yo caigo, me interesa mantenerte vivo y fuera de prisión, de cualquier otra forma mandarías todo a la m****a.

Una vez más su calma y su sonrisa me hacían tener ganas de estampar sus dientes contra el pavimento.

Justo cuando iba a darle un fuerte golpe en la cara con mi puño cerrado, llega Henry corriendo a nosotros.

—El fuego. Se. Detuvo— su respiración era entrecortada— Podemos ir por los cadáveres.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo