Capítulo 780
Al caer la tarde, Elena logró terminar con las tareas que tenía entre manos y decidió bajar un poco antes para esperar a Manuel.

Al llegar a la entrada del hospital, se encontró con Fausto empujando una silla de ruedas en la que estaba la madre de Julio.

No quería cruzarse con ellos y arruinar su estado de ánimo, así que se volvió hacia un sendero lateral.

—¡Elena, espera un momento! —gritó Fausto, deteniéndola con urgencia.

En el instante siguiente, Fausto empujó a Rosalía hacia ella.

Recordando lo ocurrido en la habitación del hospital la última vez, Elena se sintió muy molesta. —Si vienen a buscarme problemas o a insultarme, llamaré a la policía de inmediato.

—No, Elena, ¡te has equivocado! Venimos a disculparnos —dijo Rosalía, bajando por primera vez el tono.

—Sí, Elena, de verdad queremos hablar contigo. ¿Por qué no lo hacemos en otro lugar? —Fausto, siendo profesor, no deseaba que los miraran en la calle.

Elena rechazó de inmediato. —Lo siento, pero no tengo nada de qué hablar co
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