Bella sacudió la cabeza en señal de rechazo. —Ve tú.
Natalia rio con coquetería. —Pero creo que el director Romero preferiría verte a ti. Acompáñame, así no tendré que enfrentarme a él yo sola, ¿de acuerdo?
Diciendo esto, Natalia se agarró con cariño del brazo de Bella y la arrastró consigo hacia la habitación.
La asistente de Natalia llamó a la puerta y la abrió.
Así, ellas se encontraron de repente frente a Pedro en su habitación.
Era un piso VIP, que contaba con una sala de estar, una cocina abierta, una pequeña sala de rehabilitación y la cama del paciente.
Pedro estaba sentado en la habitación mientras Miguel le informaba sobre algo relacionado con el trabajo.
Al escuchar el ruido, levantó la vista.
Al ver a Bella, en sus ojos se reflejó una clara sorpresa, como si no creyera que ella estuviera allí.
—Señora Romero, señorita Llona. —saludó Miguel con educación, retirándose discretamente a un lado.
Bella no respondió. Natalia habló con voz melosa: —También está aquí el asistente Ma