Angela y Lance habían estado disfrutando de su vida como padres de Tristán durante varios meses, hasta que comenzaron a notar ciertos comportamientos extraños en su hogar. Cosas que se movían solas, ruidos inexplicables y objetos fuera de lugar. Al principio pensaron que era solo su imaginación, pero pronto se dieron cuenta de que había algo más en juego.

Una noche, mientras se acostaban en la cama, escucharon un ruido extraño proveniente del sótano. Lance decidió investigar, mientras Angela se quedó en la habitación con el bebé. Después de varios minutos, Lance regresó pálido y temblando. Había encontrado una nota en la pared, escrita con sangre. Decía: Los veo.

A partir de ese momento, la vida de la pareja se convirtió en una pesadilla. La figura misteriosa que los acechaba comenzó a causar daño en la casa, rompiendo ventanas, cortando cables eléctricos y destruyendo objetos personales. También dejaba pistas perturbadoras, como mensajes escritos en la pared o figuras talladas en la