Desmond estaba sentado en la esquina del bar poco iluminado, con una botella de cerveza casi vacía frente a él. Sus ojos estaban nublados, su corbata suelta y sus pensamientos pesados. El sonido de la música y las voces llenaba el lugar.
Levantó la botella y suspiró. Estoy seguro de que esos dos Faye y Philip se están divirtiendo ahora mismo. Se rió con amargura y tomó otro trago. Disfrutando de su luna de miel perfecta mientras yo me siento aquí como un tonto.
Dejó la botella con fuerza sobre la mesa y se frotó la frente.
En ese momento su teléfono vibró. Miró la pantalla Tila.
Contestó rápido. Hola Tila.
Su voz sonaba apresurada. ¿Dónde estás?
Estoy fuera qué pasa preguntó él enderezándose.
¿Puedes venir a recogerme? dijo ella de prisa. Te voy a mandar la dirección. Date prisa.
Antes de que él pudiera preguntar algo más ella colgó.
Desmond frunció el ceño. En qué se habrá metido esta vez. Agarró sus llaves del coche y salió corriendo.
El sonido de música fuerte y risas salía de la c