El destino fijado era el club privado, Eva ya había reservado una sala VIP para ellas, incluidos algunos modelos para pasarla bien
—No entiendo porque vinimos, pero me encanta Eva, enójate más seguido con tu vejete
—Te dije que no estoy enojada, estoy frustrada Isabel, son cosas distintas
—Lo que digas mi cielo, la estoy pasando genial
Isabel cantaba y bailaba mientras Eva la aplaudía como si fuera una estrella de fama mundial, los tragos iban y venían, las manos inquietas de los modelos no dejaban de vagar por sus cuerpos
—¿Dónde creen que van esas manitas? Eva ayúdame, estos lindos chicos están seduciéndome
—No te quejes Isabel, es lo que más te gusta de esto
—No me quejo, solo te digo que me están seduciendo, pero ninguno me lleva a una habitación privada, solo se quedan en el manoseo
Las risas estallaron en la cabina, las mujeres no se dieron cuenta que dos fríos y corpulentos hombres habían entrado, escuchando su “educativa” platica
—Mira Isa, nos enviaron más modelos, est