HORAS ANTES KENNA
Kenna busco a Yara apenas se levantó y la encontró en la cocina.
— Hola Ara.
— Enna, buen día. ¿Estas preparada?
— No claro que no, y es por eso por lo que te buscaba.
— ¿Necesitas calma?
— Necesito que me apagues por completo. — dijo la pelinegra con toda seguridad.
— Pero Kenna, eso es peligroso.
— No, no lo es, iré a buscar a Nasima para que se relaje, sabes que de una brisa hace un huracán. — Ambas rieron a su broma, pero sabían que era así.
Yara abrazo a Kenna y comenzó a sentir calor, pero lo soporto, ella sabía lo que guardaba su hermana en el corazón, ese dolor era tan grande, clamaba por justicia y venganza con cada latido.
— Si pudiera hacer más por ti. — Se lamentó la joven rubia.