170. Siempre tienes que ganar
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Max la observó en silencio, un leve gesto de satisfacción cruzando su rostro. Sabía que Julieta estaba tomando una decisión importante, y aunque dudara, sabía que estaba tomando el camino correcto, uno que, aunque incierto, la llevaría a ser una mujer más fuerte, capaz de enfrentar lo que viniera.
Julieta caminaba de un lado a otro en su amplio dormitorio. Había intentado leer un libro, incluso tomar un baño para despejar su mente, pero nada parecía funcionar. Las palabras de Maximiliano y del abogado Yoon resonaban una y otra vez en su cabeza, como un eco interminable.
Veía a su hija en su cunita y no sabía si la decisión era la correcta, pero creía haber llegado a una conclusión.
Ya la decisión estaba tomada.
No podía ignorarlo más. Agarró su teléfono y marcó el número de Max. Dudó un instante antes de presionar “llamar”, pero el sonido de la línea al otro lado la obligó a enfrentarlo.
Le habían dado de alta hace un par de días y simplemente se sintió mal regresar a la