En los días siguientes, Julián no apareció y Cira no le prestó atención. La doctora Joaquina ya había llegado a Sherón y estaba ocupada organizando el tratamiento para la madre de Cira. Esas vacaciones también lo pasó en medio de ese ajetreo.
Cira volvió a pasar toda una noche cuidando a la madre de Cira y, mientras dormía en la cama plegable, su teléfono que estaba abrazando vibró.
Aún somnolienta, respondió instintivamente al teléfono: —Hola, ¿quién es?
Al no escuchar respuesta, Cira activó el altavoz: —¿Hola? ¿Quién es? ¿Es el doctor?
—Tu esposo.
Cira se despertó al instante, apartó el teléfono y vio en la pantalla: Morgan.
Esos días, ocupada cuidando a la madre, solo había intercambiado algunas palabras con él por WhatsApp. Sabía que él estaba celebrando el festivo en casa, con todas las formalidades de una gran familia, y no tenía tiempo para visitarla.
Con la sorpresa de su llamada repentina, ella le preguntó: —¿Qué sucede?
—¿Qué sucede? ¿Me lo estás preguntando a mí?
Morgan sonr