Capítulo428
Cira no confiaba mucho en las supuestas «últimas veces» de su padre. Era como un jugador que siempre prometía no volver a apostar. En su opinión, su padre ya no tenía credibilidad.

Sin embargo, no quería molestar el descanso de su madre, así que llevó a su padre al pasillo fuera de la habitación del hospital y le dijo: —Habla.

Julián la miró con cautela y le preguntó: —¿Tu cara, todavía te duele?

Se sentía culpable por haberle dado una bofetada: —En más de veinte años, nunca te había golpeado...

Cira lo interrumpió, un poco impaciente: —No hace falta recordar esa bofetada. ¿Tienes algo más que decir?

Julián la miró fijamente, observando su rostro algo frío. Fue la primera vez en más de veinte años que lo miraba tan seriamente. Entonces se dio cuenta de que, a medida que crecía, se parecía más y más a...

Su expresión se volvió más cálida, y señaló: —Cuando llegaste a nuestra casa al principio, eras tan pequeña. Dormías 22 horas al día y siempre era difícil despertarte. Pensé que estabas
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