POV de María
—¿Adónde vas? —le pregunté a Frank al verlo en el pasillo. Se veía sorprendentemente deportivo, muy distinto a su atuendo habitual de trajes de gala y uniforme de mayordomo.
—No es asunto tuyo —replicó con brusquedad, aunque no pude evitar sonreír. Había algo curioso y hasta encantador en su mal humor; siempre lograba divertirme.
—¿Puedo acompañarte? —pregunté, esperanzada en que aceptara.
—No —me despachó de inmediato y siguió caminando.
—Ay, vamos —hice un puchero justo cuando un grupo de cinco hombres pasó por allí. Se detuvieron y saludaron a Frank con respeto, inclinando la cabeza. Él apenas respondió con un leve gesto, y aun así lucía increíblemente atractivo con esa camiseta blanca. No pude evitar sentir un pinchazo de envidia, deseando ser yo quien rodeara ese cuerpo tan provocador.
Dios mío, ¿qué me pasa?
—Hola, María —me saludaron los hombres amablemente.
—Hola, Ethan —respondí con una sonrisa a uno de ellos, y para mi sorpresa, Frank se detuvo en seco. Les lanz