Mis brazos estaban enrollados alrededor de su cuello, mi cuerpo temblaba y mi voz se negaba a salir. ¿Irme de su lado? ¿Acaso estaba loco? ¡Jamás!
—No pienso marcharme —logro articular—. Y en todo caso si lo hiciera sería a tu lado.
—Candice...
—No.
"Tock, tock, tock"
Alguien comenzaba a llamar a la puerta con impaciencia, Damon sonrió y yo fruncí el ceño. Enseguida y sin permiso alguno Dave entró con una enorme bolsa negra y mirándome fijamente me guiñó un ojo.
—Me debes una, hermano —sus ojos carbónic