—Digamos que tengo cierta ventaja que el resto —Armand avienta su mordaz comentario.
—¡Nos morimos por saber cuál es la dichosa ventaja! —expresa Damon en tono teatral.
—Pues la conozco desde hace años, sé sus manías, puedo saber que está enfadada con tan solo mirarla aunque finja una sonrisa al resto, sé que odia el invierno y que ama el helado, también que le gustan las películas de fantasía y que odia a Justin Bieber... ¿Quieres que te haga una lista detallada? —Armand abre los ojos como platos.
—Creo que es mejor terminar de cenar —sugiero y todo el ambiente se llena de un silencio ensordecedor.
—¡