Realmente no estaba cabreada con Henry Webber, aunque sí esperó mucho más que esa actitud tan infantil y machista de él.
¿En serio había intentado chantajearla con sus preferencias sexuales?
Le dio risa, y tuvo que hacer un esfuerzo notorio por no volver a carcajearse por el asunto; más cuando él continuaba lanzándole miradas de hito en hito, procurando que ella no lo notara.
Estaba acostumbrada a que la subestimaran, toda su vida había sido de ese modo, luchando más que los demás para conseguir las mismas cosas… Y no sufrió eso nada más, porque vivió en carne propia la discriminación, solo por el simple hecho de que era gitana y a las niñas gitanas las casaban muy jóvenes, las sacaban de las escuelas antes de terminarlas, eran consideradas escandalosas y estrafalarias.
Pero ese no era problema de ella, sino de los demás; como era problema de Henry ese mal humor que cargaba desde el primer día de trabajo en ese piso y su misoginia pendeja.
Por