REINA DE HIELO. CAPÍTULO 4. El Primer Movimiento

No tengo forma de explicarlo: he visto a Victor Nyström decenas de veces en los medios, pero verlo de frente, al fondo del salón, mirándome como si fuera un maldito depredador con hambre… bueno, esa es otra historia.

Tiene treinta y seis años, y cara de haber estado follándose todo lo que le pasa por delante desde antes de que yo naciera. Mide uno ochenta y cinco, corpulento, o al menos parece que eso es lo que esconde debajo del traje.

Se inclina hacia mí como si pudiera leerme el alma, y el olor a madera de sándalo se queda prendido de mi nariz. Mira mi boca y sé lo que está viendo ahí: desorden. No lo veo, pero juro que puedo sentir cómo se aprietan sus puños en sus bolsillos, como si eso lo ayudara a controlarse.

—Sígueme —es todo lo que sale de su boca y suena bastante a orden.

Quizás el problema sea ese, que yo no estoy muy acostumbrada a obedecer, y que él no está acostumbrado a que lo desobedezcan.

Pero como este juego es una b