Al abrir los ojos se dio cuenta de que había anochecido.
La habitación estaba sumida en la completa oscuridad.
Fuera, se oía llover.
A mansalva.
Notaba un brazo fuerte mantenerlo bien apresado y el calor de otro cuerpo desnudo contra el suyo.
Se movió un poco pero bastó para despertar al azabache quien con voz ronca y adormilada preguntó:
-Uhmm ¿Qué haces?-
-Nada, es que…no-no estoy cómodo y…-
Sin poder terminar su contestación se vio de costado.
Los dos brazos del moreno le abrazaron por el pecho y apretandoselo un poco más contra sí volvió a oirle decir:
-No vas a dormir en otra habitación si es lo que intentas hacer-
Aprovechando que no le veía rodó los ojos.
-Hmmm, has rodado los ojos-
Asombrado, Joel giró la cabeza.
-¿Co-cómo demonios lo…sabes?- preguntó.
Una risita sonó cerca de su rostro para después escuchar su voz:
-No lo sabía pero ya me lo has confirmado tú-
El joven romp