Aria
Entré corriendo en el edificio, fui a mi apartamento y me aseguré de cerrar la puerta con llave tras de mí.
¿Qué acababa de pasar? ¿Había sido un sueño o algo así, porque casi no parecía real?
¿Había oído un susurro?
Y estaba segura de que no estaba alucinando.
Ya no sabía qué estaba pasando.
Voces, sentir a alguien detrás de mí, no era normal.
Algo iba mal.
Ya estaba agotada por el turno, así que me metí en la cama, tratando de olvidar lo que acababa de pasar.
No había más remedio que dormir, dentro me sentía más segura, pero aún así no podía evitar preguntarme qué estaba pasando realmente.
Conseguí dormir, aunque me desperté unas horas más tarde sintiéndome como si no hubiera descansado.
Miré la hora y eran las 10 de la mañana.
Un día para pasar en casa, sola.
«¿Quizás podría buscar un trabajo diurno?», pensé.
Excepto que ya podía imaginar lo estresante que sería todo.
Salí a desayunar a un restaurante al final de la calle.
Estaba tan acostumbrada a estar con Jessica que