ABBY KING
Stefano no me responde por lo que abro la puerta de la mansión en la que ahora vive mi hermano con su familia. Su familia.
Ciertamente me siento una extraña en sus vidas. Conocí a Cloe días antes de su boda, me pareció la mujer más dulce del mundo.
Ella es tan diferente a mi hermano, pero cuando los vi juntos entendí por qué Salvatore sería capaz de recibir una bala por ella. La ama.
Sentí un poco de envidia.
Camino por el gran salón topándome con una pintura de porte monumental. Cloe es la protagonista, está allí con una cálida sonrisa, con las manos posadas de forma delicada en su regazo. El azul de sus ojos se vuelven tan intensos, capaces de desnudar tu alma.
Aparto la mirada teniendo a revelar mis secretos. Stef me sigue desde atrás.
Su aura impone; me siento más relajada con su presencia.
Una vez que llegamos a la sala observo el rostro de mi hermano. Está enojado; seguro más que eso. Esa aura oscura manda un nudo en mi garganta. Respira Abby.
A su lado está Cloe que se levanta extendiendo sus brazos y rodeándome en un abrazo tan fuerte que estoy a punto de corresponder pero me detengo por la mirada de Salvatore.
—Cuando Tore me dijo que estabas aquí no lo creí — acaricia mis brazos. Sus manos son cálidas.
—Hola— es lo único que puedo decir. Retrocede quedándose al lado de su esposo. Son tan opuestos.
–Tal vez podamos arreglar la habitación de invitados que..– Mi hermano avanza y me estremezco por su cercanía. Respira Abby.
–¡¿Perdiste la carrera, es por eso que estás aquí?!– espeta desafiante pero no le tengo miedo. Tal vez las mierdas de mi pasado me acojonan un poco pero no voy a mostrar miedo. Si no me toca todo está bien.
–No perdí nada, era la mejor de mi clase– levanto el mentón orgullosa de mí misma. El que estudie algo que no me gusta no significa que seré la peor. Cloe intenta acercarse pero mi hermano levanta la mano.
–Y si es así por qué lo dejaste. Cual es el motivo de tu visita– aparto el cabello de mi rostro y muestro una sonrisa amarga.
–No quería seguir estudiando una carrera que no me gustara– Mi hermano se ríe moviendo la cabeza.
No veo la puta gracia en mis palabras.
–Haberlo dicho antes ¿Qué quiere estudiar la princesa? Administración, medicina, pon la carrera y la tendrás– mi ira estalla al escuchar las palabras que sólo significan. Solo di el nombre para que puedas irte de una vez.
–No quiero vivir en Canadá, vine porque quería vivir en mi ciudad, lo extraño– La sonrisa abandona el rostro de mi hermano porque niega en cuestión de segundos. ¿Está mal que quiera vivir donde nací? ¿Acaso es algún tipo de crimen?
–De eso nada niña, estudiaras una carrera y luego..–empuño las manos enterrando las uñas en las palmas. No lo aguanto más.
–¡Y luego qué, me casaras con el hombre que tú elijas! Porque desde que tengo memoria has elegido el rumbo de mi vida, y aunque te parezca estúpido, tengo un juicio propio– grito fuerte sacando todo lo que siempre he querido decirle.
Respiro fuerte por la adrenalina del momento. Las manos me tiemblan. Observo a las dos personas más en la habitación. He de parecer una loca.
Su ira estalla.
–¡Baja la voz! que no se te olvide con quien hablas–ahora es mi turno de reír.
–¿Con quién?. Con el maldit0 bastardo que le quedó grande cuidar a una niña de 11 años- lo empujo sintiendo el borde de mis lágrimas. Pero no voy a llorar. Ya lo hice de pequeña.
No le importa que golpee su pecho, se mantiene en el mismo lugar. Es como mover una jodida roca. Lo odio. Odio su aura de arrogancia y orgullo. Y me odio a mi misma por seguir mendigando un poco de su cariño.
Stefano me sostiene pero avanzo.
Esta vez no me callo.
–¿Te quedó grande, hermano?– escupo lo que tenía retenido.
Salvatore avanza tomando mi muñeca generando el asco que siento por el tacto masculino.
–¡Te largaras a Canadá y terminarás la puta carrera Abby King o te juro por Dios qué…– intento apartarlo pero es imposible. Stefano intenta hablar con él pero es imposible.
–Tú ya no me mandas. Soy una adulta y puedo elegir lo que quiero para mi. Así que guarda la autoridad para tu gente, porque lo que respecta a mi, no tienes poder– me suelta levantando la mano. Me encojo esperando el golpe..
–¡Salvatore King, que mi3rda intentas hacer!– La voz de Cloe es alta y firme. Sus tacones resuenan en el piso.
Abro mis ojos y no sé en qué momento Stefano se puso enfrente. Mis manos sostienen su espalda. Respiro por la boca tratando de procesar lo ocurrido.
Retrocedo saliendo de ese lugar.
Subo las escaleras dirigiéndome a la habitación que una vez ocupé cuando vine aquí.
Cierro las puertas y tapo mis oídos cuando empiezo a escuchar las voces que atormentan mi cabeza.
Los recuerdos vienen, las voces hacen eco y tapo más fuerte mis oídos.
–¡Ya cállense!– un golpe en la pone mis pelos de puntas.
–Abby soy yo Cloe– respiro por la boca intentando calmarme. Me levanto y abro.
No da ni dos pasos, me estrecha en un abrazo fuerte. Esta vez correspondo porque realmente lo necesito. Me toma de la mano y nos sentamos juntas en la cama.
–¿Estás bien?– muevo un poco la cabeza.
–Sé que Tore se comportó mal, pero quiero que entiendas que él solo desea tu bienestar, las palabras que empleo no fueron las adecuadas– sonrío.
–Mandarme lejos, vaya forma de mostrar su amor–Cloe suspira y acaricia mi mejilla.
–Sus métodos han sido extremos, es por eso que hablé con él para que dejara que te quedaras en casa el tiempo que quieras. No quedó muy convencido pero realmente quiero que seas parte de esta familia– sus palabras ablandan mi corazón y esta vez no puedo retener la lágrima que escapa de mi rostro.
Cloe la aparta y vuelve a estrecharme en sus brazos. Es una buena madre, ella es la calma en la tormenta llamada Salvatore.
–Y si me echa– Cloe niega.
–Puede ser el capo de capos, pero no le dice que no a su esposa. Es momento de que nos comportemos como una familia. Solo faltabas tú, y ahora sí estamos todos completos– trata de animarme pero muy en el fondo me siento como una intrusa en su hogar.
Deja un beso en mi frente y se retira. Me miro en el espejo y trato de encontrar alguna solución a la situación. No la hay. Me recuesto en la cama abrazando mi cuerpo.
Un leve toque en la puerta me pone de pie. La persona que tanto quería ver aparece. Limpio mis lágrimas y doy una sonrisa.
–Al menos no va a echarme– Stefano avanza con mi bolso en las manos. Lo deja a un lado y se pone en cuclillas. Acaricia mi mejilla, su tanto es tan delicado.
Respiro profundo. No puedo estar más enamorada de este hombre. Es un amor no correspondido, pero aun así es mi refugio.
–No lo hará, hablé con él y me dijo que se comportará. Tu hermano es un gruñón pero te quiere– tuerzo los ojos.
–Vaya forma de hacerlo–Stefano suspira.
–Abb, sabes que siempre estaré aquí para ti. Eres como..- Me coloco de pie no queriendo que continúe. Como una hermanita. Hermana mi trasero. ¿Aún me veo como una niña? Por Dios visto con vestidos cortos ceñidos al cuerpo. Pero este hombre no lo ve.
Podría desnudarme enfrente de él pero no se inmutaría a verme de otra forma. Pero eso se va a acabar, voy a romper con esa pared de concreto que ha formado.
–Yo no te quiero como un hermano Stefano. Aunque no te haya quedado claro tú me gustas– su rostro se relaja y es lo que más me enfada. No le afectan mis palabras. Pero no me importa porque este hombre será mío o me dejo de llamar Abby King.
STEFANO HARRISONSus confesiones nunca habían sido tan sinceras como hasta ahora. La pequeña Abby ha crecido y se ha convertido en una bella y despampanante mujer. No niego que sus palabras me afectan, pero el adulto aquí soy yo. Tengo que poner límites, porque si me descuido podría cometer un acto no sano hacia la hermana de mi mejor amigo. Y ciertamente tener de cuñado a Salvatore sería como una patada en la entrepierna, es mi amigo y le tengo aprecio, pero ser familia....–Abb– es lo único que digo.–Me gustas y eso no va a cambiar Stef. Es mejor que te vayas acostumbrando a eso, porque lanzaré mis flechas– sonríe.Es así como me gusta verla. Feliz. Me acerco tomando su mano y dejo un beso en el dorso. Es tan pequeña que la imagen de esa mano rodeando mi v/rga me hace carraspear.–Dejo tu maleta y me voy porque tengo que ver a mi princesa de ojos mieles– la sonrisa desaparece de su rostro y el desconcierto hace acto de presencia.–¿Princesa?–me cruzo de brazos asintiendo. Mi princ
ABBY KING Me coloco algo de rímel para alargar más mis pestañas. El cabello me lo dejo suelto y hago un poco de hondas. Ciertamente no tenía ganas de salir y mucho menos ir a una fiesta, pero Cloe insistió y no me pude negar a su petición. Ahora entiendo a mi hermano. No se le puede decir que no a la dama de la mafia de Estados Unidos. He optado por colocarme un vestido largo de seda blanco, la tela se amolda a mi curvas. Miro mi reflejo en el espejo, admiro la belleza que poseo, la cual usare para obtener mi objetivo. No me importa lo que use pero Stef será mío. Intuyo que estará en la fiesta. Me volteo observando el escote en la espalda. Casi rosa mi trasero pero es así como me gusta. Los pendientes largos van a juego con el vestido. Muevo mi cabello y cuando creo que ya estoy lista salgo de la habitación. Todo va a salir bien, me digo a mi misma. Ahora estoy con mi hermano, nada malo puede pasar. Desciendo por las escaleras hasta toparme con la sonrisa de Cloe. Mi
HISTORIA DE LA SAGA MAFIA.Hola de nuevo lectoras, nos encontramos una vez más y esta vez con una saga que estoy preparando para ustedes. RAVEN será una de las historias con temática de Mafia, delincuencia, asesinatos y temas fuertes. Este es un proyecto en donde involucra toda mi alma, corazón y dedicación. Espero que amen a los personajes, todo comentario será tomado en cuenta.Espero puedan darle mucho cariño a los personajes. Todo comentario será tomado en cuenta puedes encontrarme en F. C con mi seudónimo.IMPORTANTE:Si los temas que son tratados aquí no son de tu agrado o te sientes incómodo es mejor que dejes la saga, todos tenemos opción de aceptar lo que nos gusta y lo que no.TEN EN CUENTA QUE : Los libros pueden ser leídos en el orden que desees, pero si no quieres comer algún SPOILERS de las demás parejas de la historia te recomiendo leerlos en orden.+21(DATO) ESTA HISTORIA ES INDEPENDIENTE. NO AFECTA EN LAS OTRAS TRAMAS. SI DESEAS SABER MAS DE ELLA DEJA TU COMENTARIO
ABBY KING –¡No quiero que nadie me toque!– El cabello me golpea el rostro, pero lo aparto de un tirón. Más hombres llegan al lugar.La única arma que tengo para defenderme es un cortauñas. ¿Es en serio Abby? No pudiste encontrar algo mejor. Es todo lo que vi para defenderme.–Señorita necesitamos que nos acompañe, el señor..– mi rabia crece por mucho cuando percibo que se atreven a llamarlo “señor” en mis narices.–¡No me voy a ir a ningún lugar! Así que díganle a su señor que se puede pasar su rango por el culo– Los hombres intentan dar un paso, pero soy más astuta al saltar por encima de los muebles. No pueden hacerme daño, lo sé, y eso juega algo a mi favor.No llevan armas porque saben que no pueden hacerme daño. ¿Por qué?, es Simple. Soy una princesa de la mafia. Abby King, hermana del nuevo capo de la mafia de New York, Salvatore King. Mi hermano mayor y el más grande hijo de…Solo han pasado 15 minutos desde que recibí la noticia de que me llevarán a un internado, Dios sabe dó
CAPÍTULO 1 STEFANO HARRISONLa seguridad ha sido reforzada como estuvo planeada. Más de los soldados se distribuyen entre diferentes puntos de la iglesia. Recibo la confirmación de que la novia está aquí. Hoy se casa Salvatore King líder de la mafia de New York y mi mejor amigo, nada más y nada menos que con Cloe Hall, una de sus empleadas de la empresa.Jamás creí que un hombre como Salvatore sentaría cabeza, o peor aún, que estuviera completamente dominado por una mujer de un metro sesenta.Casarse con una mujer que no ha nacido en este mundo es un peligro. Será el blanco de todos los enemigos de King, porque para nadie es un secreto que ella es una debilidad.Estoy feliz por mi amigo pero a la vez esta carga de trabajo me dejará menos tiempo para estar con Lía. Mi princesa de ojos miles. .—Señor, las damas de honor han llegado—uno de los soldados anuncia la llegada de las damas de Cloe.Un grupo de mujeres empiezan a caminar y aunque no son conocidas de la novia, igual fueron con
ABBY KINGUN AÑO DESPUÉSMe reclino en el asiento del avión tratando de poder descansar un poco. Trato de relajarme pero mi cuerpo se tensa cuando alguien se sienta a mi lado. Respiro profundamente y vuelvo a observar a la persona.–El asiento ha sido comprado– observo al hombre que de seguro ha de tener unos treinta o tal vez más. Es atractivo pero dicho encanto se fue a pasear cuando invadió mi espacio. Odio que lo hagan.–Está vacío– levanta una ceja. Estoy tan estresada en este momento pero muestro una sonrisa.—Lo sé, lo compré, así que recoge tu lindo trasero y vete– su mandíbula se tensa pero se marcha logrando que nuevamente entre aire a mis pulmones. Coloco mi bolso en el lado vacío para no tener más sorpresas.Con el paso de los años he sentido cierto repudio al tacto masculino. No me gusta, es por eso que he tratado de evitarlo. No era así, pero cuando marcaron mi cuerpo…Siento cosquilleo que no se va, y mi mente evoca las escenas de esa tragedia.Es algo que me llevaré a
STEFANO HARRISONEn el momento en que reacciono la tengo encima de mis piernas; envuelto en un abrazo que raya lo impropio. ¿Está aquí? ¿Cómo es posible que esté aquí?Aparto sus manos tomando sus muñecas y volteo la silla. Se ha cortado el cabello y ahora lleva una especie de fleco, pero su rostro no ha cambiado nada. Sigue siendo la misma chiquilla que vi el año pasado. Cuando se fue a Canadá a terminar su carrera. ¡Mi3rda!Me pongo de pie dejando su delicado cuerpo en el suelo. Me alejo de su tacto que nuevamente pone mierdas en mi cabeza. Debes controlarte Stefano. Camino hasta la mitad de la oficina y me fijo en la maleta. ¿Estará de vacaciones? Imposible.Me conozco su maldit0 horario y en estos momentos están en semana de exámenes.–Qué carajos haces aquí Abby– me volteo observando cómo sus labios se curvan en una sonrisa. No parece afectada por mis palabras. El brillo de sus ojos se intensifica más.–Solo quise venir a casa–extiende los brazos, camina tocando con la punta de