— ¿Qué es eso? —preguntó Leah cuando vio como Daniel tiraba unas cuantas hojas arriba de la mesa. Ryan tomó asiento frente a ella y Kyle optó por sentarse a su lado.
La tensión crecía en el ambiente a medida que sus hermanos parecían compartir las mismas emociones. Las cuales no eran buenas, el humor de ambos era tan malo que a Leah le costaba diferenciarlos.
— Eso nos gustaría saber a nosotros. —dijo Ryan con la mandíbula tensa.
— Pues…
— Deja tus malditos juegos de lado. —gruñó Daniel, luego clavó su mirada en Kyle. — Espero que tu tengas algo bueno que decir para defenderte, considerando que estas embarrado hasta la mierda en esto y no hay forma de que te laves las manos.
— No tengo la más mínima idea de lo que estás hablando. —confesó.
Dan soltó un