Besos suaves y húmedos.
Gemidos leves cargados de lascivia.
Tenía una chispa de envidia al no ser yo quien estuviera ahí dentro; temiendo a ser atrapada, sin embargo, siendo incapaz de detenerme… embriagada por la lujuria e imaginando como mis labios navegan por su piel desnuda en busca de que aquello tan prohibido que mi cuerpo anhelaba probar. Me torturaba su presencia y el pensarlo, no podía evitar fantasearlo cada vez que mis ojos se cerraban… me moriría de ganas de confesarle lo que pensaba y que él, lo volviera realidad.
Un gemido cortado se escapó de la boca de alguna de las mujeres, se oían desesperadas y hambrientas, la timidez que una de ellas poseía, parecía que se había espumado gracias la creciente pasión.
Hacía mucho calor en los vestidores, tanto que la ropa formal del trabajo iniciaba a estorbar; mi cerebro ardía en llamas y un e