Capítulo 37. De regreso a la Casa del Alcalde

Al ver a Lola en el abrazo de Diego, Alondra se sintió aliviada y débil al mismo tiempo. Corrió hacia Diego, y las lágrimas brotaron de nuevo. Lola dirigió su atención a Alondra, la pequeña aún pálida pero feliz.

"¿Es tío Diego mi papá?" preguntó repentinamente Lola a Alondra.

Alondra miró a Diego, una vez más sorprendida. Murmuró para sí misma: "¿Qué clase de día es este? ¿Por qué tantas cosas impactantes suceden al mismo tiempo?"

"Diego..." Alondra perdió las palabras.

"Lo siento, Alondra. Te lo explicaré más tarde", dijo Diego.

Juan se acercó a

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