Reunidos en silencio en el gran pabellón al aire libre, a cada prisionero se le asignaron las tareas y deberes asignados. Principalmente trabajo pesado como construir parte de la pared secundaria o cortar leña a través de la nieve helada. Los hombres que eran más pequeños eran los responsables de la limpieza, pero al leer el archivo de Yuri, notaron que las habilidades médicas del joven podían usarse en la enfermería de la prisión.

Mientras limpiaba y ordenaba los gabinetes en esa habitación algo "abandonada", el joven terminó encontrando una libreta vieja que le dejó la última enfermera, era muy vieja y las sábanas estaban amarillentas, desprendiendo un olor que le picaba la nariz, pero se dio cuenta de que podía usarlo a tu favor.

Era un objeto que básicamente se había convertido en basura, sin embargo, sintió la necesidad de pedir permiso a u