49. Avión privado
Ravenna
Sentada en el asiento del coche al lado de Benjamin, mi corazón seguía agitado y mi mente estaba llena de pensamientos confusos. A pesar de sus esfuerzos por confortarme, todavía me sentía incómoda e insegura.
Benjamin intentaba calmarme con palabras amables y gestos atentos, sosteniendo mi mano con firmeza. Buscaba el contacto visual siempre que podía, como si quisiera transmitirme confianza a través de sus penetrantes ojos azules.
"Ravenna, entiendo que estés preocupada, pero tienes que confiar en mí", dijo suavemente. "No dejaré que nada te pase a ti ni a nuestra hija. Necesitas creer en eso."
Asentí vagamente, pero la sensación de incomodidad persistía dentro de mí. La presencia de Sarah me dejaba inquieta, y no podía evitar pensar en las posibles amenazas que podría representar para mí y para el bebé.
"¿Por qué estás tan preocupada por Sarah?" Preguntó Benjamin con gentileza, su voz cargada de preocupación. "¿Ella te ha hecho algo?"
Suspiré, sintiéndome dividida entre el