Los bocetos eran sumamente buenos, llegué a un vestido negro y de inmediato supe que ese era el que deseaba, se lo mostré entonces la chica sonrió.
— Ese vestido de hecho ya se encuentra listo, solamente tendré que medirlo para ver que tal le queda y si desea puedo venir hoy mismo con él.
— Me parece perfecto — miré a Nathan — por favor ve con ella y la traes de regreso, no quiero que camine demasiado.
Nathan se fue y llegó la hora de que tuvimos que levantarnos, las heridas en los pies de Angelique ya se encontraban bastante bien gracias al cicatrizante que le dejó el doctor. Decidí curarla y ella se mostró impresionada al ver la agilidad que tenía para hacer tal cosa.
— ¿Cuándo aprendiste a curar de esta forma? Que yo recuerde no podías hacer mucho, más que todo limpiabas la herida y ponías una curita.
— El tiempo que pase fuera de la casa pues hice cosas que me obligaron a aprender lo básico de primeros auxilios, quizás algún día te diga todo pero hoy no.
Finalmente terminé de cura