Massimo llegó a la hora indicada, escogió uno de los tantos bares de ahí, después le escribió a Paloma, ella no tardó en llegar al lugar, esbozaba una gran sonrisa. El al verle sintió una punzada en el estómago, cada que la recordaba, sentía lo mismo y no entendía la razón.
- ¡Hola Sr. Pellegrini! Disculpé la demora, me entretuve tomando unas fotografías. - Dijo la chica tomando asiento.
- ¡Hola Paloma! No te preocupes, ¿Qué gustas tomar?
- ¡Pues creo que agua mineral con hielo! ¡Hace mucho calor!
- ¿Estabas lejos de aquí?
- ¡No, fue fácil llegar caminando!
- ¡Me sorprendió tu correo! ¿Por qué buscas trabajo Paloma? – Dijo Massimo sin rodeos.
- En realidad no busco, pero no quise perder la oportunidad.
- ¡Vaya! Pensé que estabas en apuros…
- No soy rica, pero ¡Me gustaría ganar mi propio dinero e independizarme! Ahora que llegue a Italia, pensé que sería bueno tomar un año sabático, trabajar y adquirir experiencia.
Mientras esperaban la comida comenzaron a platicar amenamente, parecía