Tomo una respiración honda, dándole pequeñas miradas a Priscila, quien se muestra bastante concentrada en lo que hace en su computador.
No puedo negar que siento nervios por este gran paso, no puedo fingir que no me da un poco de miedo lo que pasara cuando le de al boton enviar, cuando realice uno de los principales pasos que determinará mi futuro, y el como responda dictara mis pasos a seguir.
- de acuerdo, acabo de subir el último documento - suelta la mujer a mi lado - ¿como vas?
Dirijo mi vista a la pantalla del computador que tengo en mis piernas, para así leer una ultima ves todo lo redactado en dicho correo, asegurandome que no detecte algún error de mi parte.
- si, ya he terminado todo, solo falta enviarlo.
- entonces, creo que llego la hora - Priscila toma aire, no pudiendo ocultar los nervios latentes que también destila su cuerpo - ¿juntas? - asiento.
Ambas tenemos nuestra atención en la pantalla del dispositivo, ambas leemos el título inicial de nuestra solicitud, una que