No puedo sacar de mi mente las palabras de Anastasia. ¿Serán verdad las cosas y advertencias que me dijo, o solo me está fastidiando porque está molesta conmigo? Pero no puedo dejar de pensar en eso, ¡y me frustro conmigo misma! Siempre digo que confío mucho en Marcus, pero cada vez que recuerdo lo que dijo Anastasia y las ausencias y ocupaciones de Marcus, empiezo a dudar si realmente debería confiar en mi esposo, ya que vuelvo a darle vueltas en la cabeza.
—Perdón por llegar tarde, bebé. Te prometo que hoy soy todo tuyo —dijo Marcus con una sonrisa, besándome en los labios.
Por suerte, Marcus ya está en casa y no noto nada raro en él. Sigue siendo dulce conmigo. ¿Debería contarle ya sobre mi embarazo? ¿O debería primero revelarle la gran verdad sobre mi familia? No sé qué decirle primero.
—Por favor, no me dejes más —le dije con un puchero, mirándolo hacia arriba. Marcus acarició mi mejilla y me sonrió.
—No voy a dejarte, Evelyn.
Lo abracé y apoyé mi cabeza en su pecho, cerrando los