Capítulo 38

Tal como lo dijo Paola, Amber al dejar el hospital se fue a buscar a Leonardo. Lo esperó toda la noche dentro de su auto en una esquina. La misma rabia que sentía, la mantuvo despierta toda la noche.

A las seis y media de la mañana lo ve salir con su ropa deportiva, se coloca los audífonos y mira el reloj.

—Hace mucho que no sale a correr—Se dice ella — a menos que…—Ese maldito infeliz —grita al recordar que cada vez que viaja sale a trotar por los alrededores.

Empieza a seguirlo, a distancia prudente hasta que llega al parque, donde detiene el auto y espera unos segundos antes de ponerlo en marcha y a toda velocidad embestirlo subiéndose a la banqueta.

El golpe no fue mortal, pero si lo suficiente fuerte para lanzarlo unos metros sobre el césped. Se baja de inmediato y corre para ayudarlo a levantarse. Así quien la viese pensaría que está
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