Narra Tamara
No puedo dejar de pensar que esto es mi culpa, gracias a mi estoy aquí en una camilla de un hospital y también es mi culpa que mi hijo esté a un hilo de la vida y la muerte, y todo por un maldito capricho mío.
No puedo dejar que mi hijo casi muere por mi culpa, él es un ser inofensivo y no supe protegerlo, pero ahora, no dejaré que algo le pase.
─Prometo que cuidaré de ti, no te volveré a poner en peligro, ya no dejaré que te pase algo ─acaricio mi vientre.
Hago esa promesa para mi, tengo que hacer lo que sea por mi hijo, y aunque no lo quiera aceptar, tendré que hacer las paces con un palo tetudo, por lo menos mientras otra vida depende de mi cuerpo.
Despu&ea